viernes, 18 de enero de 2013

SUSANA VILLARAN. Defendamos la Lima de mil colores y todas las sangres

Por Roberto De La Cruz.
Secretario General del PCP
En las elecciones municipales de octubre del 2010, compitieron por dirigir el gobierno municipal de la Ciudad de Lima nueve candidaturas que iba desde las fuerzas de la extrema derecha, la derecha liberal y las fuerzas progresistas y de izquierda. El resultado de estas elecciones fueron importantes para todo el país, por el peso poblacional, económico y político de Lima, pero además porque fue en esta ciudad donde la dictadura fujimorista implementó las mayores redes clientelistas que hasta hoy se mantienen, y donde la corrupción municipal llegó a niveles pocas veces vistos en el Perú, con obras sobrevaloradas cuatro, cinco, diez veces, sin que sus responsables fueran sancionados. Un ejemplo de impunidad y clientelismo que llegó cuestionar  seriamente tanto la izquierda como la derecha liberal.  
Contra los que decían que la izquierda había muerto, se logró agrupar un conglomerado de fuerzas políticas progresistas, patrióticas, izquierdas, descentralistas y vecinales encabezado por Susana Villarán. Las propuestas se sintetizaron en la consigna “Lima, una ciudad para todos” para construir una urbe incluyente, valorando la diversidad cultural, respetando las diferencias de género, religión o identidad sexual. Haciéndonos fuertes desde la diversidad, frente a la exclusión de los ciudadanos que llegaron del interior del país buscando una oportunidad ante el abandono de los gobiernos nacionales.
Gobernar Lima era y es un gran reto, porque tiene profundos problemas producto de ser el núcleo de un país centralista, en medio de décadas de políticas neoliberales que ha profundizado la desigualdad, con barrios que parecen Miami y otros que están más cerca de la miseria y la pobreza de Haití. El reto de las fuerzas democráticas y populares ha sido en estos meses de gestión empezar a enfrentar problemas estructurales, a la par de responder a las exigencias urgentes de reordenamiento urbano del tránsito o del abastecimiento de alimentos como es el caso de la “Parada”.
Desde el primer día la gestión de Susana Villarán ha tenido que enfrentarse a las encuestadoras amañadas, la prensa mediática de la DBA (Derecha Bruta y Achorada) cuya única preocupación es hacer caer a la Alcaldesa y su equipo. Y es porque esta gestión municipal está combatiendo la corrupción de los grupos mafiosos enquistados no solo en los  principales espacios de  las instituciones municipales, sino también en toda una red de empresas y traficantes de terrenos que se beneficiaban con el caos y los contratos millonarios que obtenían. También se viene estimulando las potencialidades que nacen de la creatividad, la solidaridad, la innovación y el emprendimiento. Ha sido y seguirá siendo complicado porque nos enfrentamos a fuerzas muy poderosas a las que les interesa el caos donde sea necesario para sus negocios, mientras mantienen “el orden y la pulcritud” para saquear el país. Una burguesía elitista y parasitaria enquistada en el Estado.
Revocar esta gestión, desacreditar a Susana Villarán es una prioridad para la DBA, porque una exitosa gestión municipal en Lima, es un “mal ejemplo” que no pueden permitir. Todos los días repiten que la izquierda es caos, ineficacia, pero el gobierno municipal de Lima, muestra indicadores de gestión muy positivos. Sus resultados son muchos mejores que los obtenidos por las gestiones de la derecha y sobre todo no tienen las manchas de la corrupción y el clientelaje que tanto daño le hacen al país. Frente a ello la autoridad edil muestra una sensibilidad  y un compromiso antes los más vulnerables como son los más pobres y desvalidos como los niños y los ancianos.
El Gobierno Municipal de Lima ha rechazado  una ciudad regida por la “ley de la selva” donde el más fuerte termina imponiendo sus intereses al más débil y a los de la colectividad. Ante el caos, ante el desgobierno del transporte público generado por un grupo de transportistas mafiosos que viven y ganan con el desorden, se ha buscado reformas para construir un sistema integrado conectado con el metropolitano y el tren eléctrico a través de corredores complementarios a la cual accederán empresas de transporte debidamente constituidas, con conductores y cobradores en planillas. Eso es lo que odian los revocadores como Rau Rau y compañía quienes han realizado varios paros sin éxito para oponerse a esta reforma reclamado por los usuarios.
Reorganizar el abastecimiento es uno de sus mayores logros. Para poner en funcionamiento el Mercado de Santa Anita y cerrar el ex mercado mayorista La Parada, Susana Villarán ha tenido que enfrentarse a delincuentes prontuariados muy peligrosos que históricamente han servido como parachoques  y esquiroles de los partidos políticos más corruptos de la historia, el fujimorismo y el APRA. Son este tipo de delincuentes quienes atacan a la población para el tráfico de terrenos y quienes han asesinado a valiosos dirigentes obreros comunistas de construcción civil.
Para todos estos esfuerzos, por primera vez se utiliza como herramienta de gestión pública la planificación urbana concertada y con equilibrio entre lo público y privado. Es curioso que los neoliberales más rabiosos sean incapaces de valorar como esta gestión actúa sin prejuicios ideológicos frente a la inversión privada. Lo que pasa es que todo lo que sea gestión ciudadana les molesta, porque es una pared que impide sus “faenones”.
Las semanas que  vienen por delante son duras, porque todos los limeños que quieren vivir en una ciudad inclusiva, solidaria y ordenada, debemos derrotar a quienes buscan volver al caos y los negociados del pasado. Eso pasa – permítanme expresarlo como persona y como Partido Comunista – por una campaña casa por casa, con nuestros vecinos, en todos los espacios sociales donde participemos, para neutralizar las mentiras y la manipulación. Los revocadores intentan apelar al resentimiento social, a una suerte de racismo por espejo, en una supuesta disputa entre “blancos” contra “Cholos”. Para los comunistas la lucha por la justicia y la verdad no tiene color de piel. La solidaridad no es exclusiva de un sector o de otro. La explotación de los trabajadores es un abuso no disminuye si el empresario tiene ojos azules o negros. O ya olvidamos a los hacendados que hablaban quechua y eran padrinos de los hijos de los campesinos a los que trataban como animales. Una señora de un comité de vaso de leche o club de Madres, puede ser un ejemplo de honestidad y solidaridad, pero también puede ser la oportunista y corrupta dirigente fujimorista o aprista que construye su casa de tres pisos robando los alimentos de los más pobres. Apelar al resentimiento social o al racismo, encubre justamente a los verdaderos culpables de la corrupción y la injusticia.
Esta elección tiene en medio de todo aspectos negativos, algunas cosas positivas importantes. Lo primero es que permite mostrar que la lucha por un ciudad – y un país mejor – nos une a todos los que desde la izquierda, el centro e incluso la derecha liberal, queremos vivir en democracia.  Y lo segundo es que también sirve para recordar que el clientelaje y la apelación al resentimiento social es un enemigo de cualquier proyecto democrático.  Mejorar la comunicación desde el Municipio es definitivamente una tarea que no se debe postergar más.
Descentralización y fortalecimiento de la democracia es la forma de gobernar escuchando a los ciudadanos, a la población organizada y sus demandas por trabajo digno, por alimentación sana y seguridad. La gestión edil deberá dialogar más con los alcaldes distritales y los vecinos, en la elaboración de las obras y el establecimiento de políticas de seguridad ciudadana, transporte público de calidad en forma transversal.