lunes, 11 de noviembre de 2013

Pedofilia y silencio remecen la Iglesia


Pedofilia y silencio remecen la Iglesia

Exobispo Gabino Miranda Melgarejo, expulsado de la Iglesia por el Papa Francisco.

La prensa no solo destapó abusos sexuales contra menores, sino también el silencio de autoridades eclesiásticas. La intervención del papa Francisco expulsando al obispo Gabino Miranda Melgarejo, cercano al cardenal Juan Luis Cipriani, fue la punta del iceberg.

Dos casos de abuso sexual de menores perpetrados por un obispo y un sacerdote remecieron la Iglesia católica las últimas semanas. Lo grave es que en las altas esferas de la Iglesia peruana se guardó mutismo sobre estos casos, dejando en evidencia que algo se descompone debajo de las sotanas.

CASO UNO
El caso más reciente es la denuncia contra el sacerdote Luis Alejandro Bazalar García, de Ayacucho, quien es acusado de ser el autor de la violación sexual de un exseminarista de 17 años que se formaba en el Seminario Conciliar San Cristóbal de Huamanga.

Después de estar desaparecido todo un fin de semana retornó a su casa señalando que había estado con el sacerdote Luis Bazalar. La familia ya había visto algunas escenas por demás extrañas entre ambos y decidió llevar al menor al médico legista. Tras los exámenes respectivos, el médico confirmó que el exseminarista había sido violado.

Magaly de la Cruz Roca, tía de la víctima y quien interpuso la denuncia, relató que al descubrirse los hechos Bazalar García fue a la casa del menor e intentó llevárselo en un taxi, lo que tuvo que ser impedido por la familia.

Al respecto, el arzobispo de Ayacucho, monseñor Salvador Piñeiro, mediante un comunicado, señaló que ante la gravedad de la denuncia y cautelando la dignidad de las personas inmersas en la investigación, “hemos abierto un proceso disciplinario penal en la Curia Arzopispal al P. Luis Bazalar García suspendiéndolo de sus funciones sacerdotales hasta el final del debido proceso civil y eclesiástico”.

CASO DOS
El otro caso tiene como protagonista al obispo auxiliar de Ayacucho Gabino Miranda Melgarejo, quien fue expulsado de la Iglesia por el Vaticano acusado de haber tenido sexo con menores de edad.

Se trata de un religioso vinculado al Opus Dei y cercano al cardenal Luis Cipriani, razón por la que el escándalo fue mantenido en secreto y recién salió a la luz cuando la prensa lo hizo público y la Fiscalía de Ayacucho decidió investigar al prelado.

Tras el escándalo, el obispo emérito de Chimbote, monseñor Luis Bambarén, informó que Gabino Miranda Melgarejo había sido destituido por el Vaticano por las acusaciones de pedofilia en su contra y reducido al estado laical. “Ya no es sacerdote”, informó.

Mientras el monseñor Bambarén se manifestaba señalando que el caso debía ser llevado también al Poder Judicial, el cardenal Cipriani se mantenía en silencio.

Ambos casos se encuentran ahora en manos de la justicia, sin embargo, el daño a la Iglesia ya está hecho y queda como interrogante saber cuántos otros casos existen y no se conocen.

El caso de pedofilia en el que estaba involucrado Gabino Miranda se conocía con un mes de anticipación y recién se hizo público cuando la información llegó a la prensa. ¿Por qué la Iglesia y su representante en nuestro país, Juan Luis Cipriani, guardaron silencio por tanto tiempo? y ¿por qué recién el Ministerio Público decide investigar?

OPUS DEI
Gabino Miranda Melgarejo, de 53 años, llegó a Ayacucho junto con el cardenal Juan Luis Cipriani. Estudió en la Universidad de Navarra, en España, que pertenece al Opus Dei. En julio de 2004 fue nombrado obispo por el entonces papa Juan Pablo II.

Cuando el cardenal Cipriani se desempeñaba como obispo en Ayacucho, el hoy acusado de pedofilia trabajaba como rector del seminario mayor de esa ciudad y era el párroco de esa jurisdicción.

Gabino Miranda fue sacerdote de la Diócesis de Abancay, en la que se formó siendo allí obispo Enrique Pélach, que le ordenó sacerdote. Luego, fue párroco de la ciudad de Talavera, cuando Isidro Sala, del Opus Dei, era obispo. Sus patrocinadores siempre han sido los prelados del Opus Dei.

Pese a la evidente ligazón, la Oficina de Información del Opus Dei en el Perú dijo que Gabino Miranda no ha estado nunca incardinado en el clero de la Prelatura del Opus Dei y durante el tiempo que ejerció el sacerdocio “nadie tuvo sospechas sobre su comportamiento”.

CASO TRES
En medio de esos dos escándalos que remecieron las estructuras de la Iglesia, se informó la paternidad del obispo castrense Guillermo Abanto Guzmán, personaje cercano al cardenal Cipriani, quien lo tuvo como auxiliar de la Arquidiócesis de Lima en el 2009.

Abanto Guzmán, quien dimitió tras ser demandado por paternidad, reconoció ser el padre de una niña de dos años. 

Mientras en los casos de pedofilia el cardenal Cipriani prefería mantenerse en silencio, en el caso de la paternidad de Guzmán sí consideró oportuno manifestarse y pidió al obispo “afrontar su paternidad con hombría”. Para los especialistas no pasó desapercibido que sea duro en el caso de paternidad y no lo sea ante casos de abusos sexuales de menores.

El tema cobró más notoriedad cuando la madre de la hija del exobispo Abanto, Daniela Alexandra, confesó que Guzmán le había pedido “que abortara”. “Me lo pidió y no una, sino varias veces. Me dijo: ¿estás segura que lo quieres tener, no quieres abortar?”, manifestó.

LO DEFIENDE
Mientras la indignación crecía en la población, el cardenal Cipriani señalaba sobre el caso de Gabino que “no se debe hacer leña del árbol caído”.

La respuesta no se hizo esperar y la congresista Rosa Mavila dijo que el arzobispo de Lima debía entrar “a una refrigeradora porque se escuda en la fe y guarda absoluto silencio cuando se trata de encubrir los actos de los más cercanos a su rebaño”.

“Me da la impresión que estamos ante un Papa transformador (Francisco), que opta por las mayorías y por la renovación en la Iglesia católica frente a un cardenal que opta por encubrir”, indicó.

Mavila dijo que resulta curioso que el cardenal Juan Luis Cipriani hable de moralidad y que, por otro lado, desde la Iglesia se calle en torno al caso del exobispo auxiliar de Ayacucho.

La parlamentaria añadió que “este obispo siempre viene con su bastión de moralidad y ahora dice que ‘no hay que hacer leña del árbol caído’. Es curioso cómo el árbol caído está bien cercano al Opus Dei y es curiosa la abstención de la Iglesia de callar durante un largo periodo”.

Abogado que denunció a Gabino Miranda:
“Pidió sexo en el confesionario”
“Que un cura se dedique a tronchar -acostarse- con mozas me parece muy mal, pero que se dedique a tronchar con niños me parece mucho peor”, afirmó el abogado Francisco Fernández, quien denunció los supuestos casos de pedofilia del exobispo Gabino Miranda.

El letrado español detalló que Miranda habría pedido favores sexuales incluso en el confesionario. “Eso fue lo que me dijeron, no me especificaron número ni nombres”, dijo.

Respecto al reciente comunicado en el que Gabino Miranda niega los graves cargos, Fernández precisa: “Todos, el 95% de las personas acusadas de pedofilia, concubinato, todos lo niegan”, indicó.


Postura del Papa alimenta esperanza de que Iglesia encare una política estricta en favor de las víctimas

El peor de los abusos
Los abusos sexuales a menores de edad por parte de sacerdotes que condenan de por vida a cientos de miles de niños en el mundo, tiene como una de sus manifestaciones más escandalosas el crecimiento de la prostitución infantil y el turismo sexual con menores de edad.

La Iglesia había tipificado con anterioridad el delito de pedofilia en su legislación: “El clérigo que comete cualquier otra ofensa contra el sexto mandamiento del decálogo -reza el canon 1395 del Código Canónico-, si la ofensa fue cometida con violencias o amenazas, o públicamente con un menor de 16 años (ahora se ha extendido hasta los 18) debe ser castigado justamente, sin excluir la expulsión del estado clerical”.

Independientemente del debate que la Iglesia se debe con respecto al celibato obligatorio de los sacerdotes seculares, no guarda relación la abstinencia sexual con las atracciones pedófilas; en todo caso, un celibato vivido como frustración llevaría a depresiones o a la búsqueda de compensaciones con adultos.

Por otro lado, el tema de la homosexualidad en el ámbito religioso y sacerdotal también obliga a consideraciones muy importantes: se trata de un verdadero problema en la estructura sistémica del sacerdocio y de la jerarquía.

Sobre la crisis anímica del sacerdote, la posibilidad que tienen los clérigos de mantener relaciones meramente formales y de guardar cierta distancia clerical frente a sus feligreses y frente a otros adultos podría venirle como anillo al dedo al sacerdote inmaduro.

En el ámbito católico, la postura decisiva del papa Francisco en este campo (piénsese en el reciente caso el obispo peruano expulsado, entre otros) alimenta la esperanza de que finalmente la Iglesia encare una política estricta en favor de las víctimas y en contra de los victimarios.

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