miércoles, 16 de octubre de 2013

Libro. ARMAR A LAS MASAS REVOLUCIONARIAS, CONSTRUIR EL EJÉRCITO POPULAR, Vo Nguyen Giap

Vo Nguyen Giap, el más grande estratega
militar revolucionario de los últimos tiempos.
La guerra del pueblo vietnamita es una gran hazaña, un acontecimiento legendario del siglo XX, y ha puesto de manifiesto una verdad irrefutable: en la época actual, por muy pequeño que sea un pueblo, por muy reducido que sea su territorio, por poco numeroso que sea su población y poco desarrollada su economía, si se mantiene unido y decidido, si sigue una línea revolucionaria justa, si sabe aplicar en forma creadora los principios marxistas - leninistas sobre la insurrección popular y la guerra de todo el pueblo a sus condiciones propias, y si goza, además, de la ayuda del campo socialista y de la humanidad progresista, entonces es perfectamente capaz de vencer agresores varias veces más poderosos que él, incluyendo al cabecilla de los imperialismos, el imperialismo norteamericano.
Pueblo heroico, nuestro pueblo cuenta con una tradición de valiente lucha contra los agresores extranjeros. A lo largo de varios siglos, el pueblo vietnamita ha ido acumulando una gran experiencia en la insurrección popular y en la guerra de todo el pueblo contra ejércitos mucho más poderosos que el nuestro. Desde el nacimiento de la clase obrera vietnamita, guiado por nuestro partido y con la vista fija en los objetivos de la revolución, que son la independencia nacional, la democracia y el socialismo, nuestro pueblo ha exaltado esta tradición de lucha contra la agresión extranjera y ha elevado la insurrección popular y la guerra de todo el pueblo a niveles muy altos. Nuestro pueblo ha vencido al fascismo japonés y al imperialismo francés; nuestro pueblo ha puesto en jaque al imperialismo norteamericano y está a punto de derrotarlo, añadiendo nuevas páginas gloriosas a nuestra historia y contribuyendo dignamente a la obra revolucionaria de los pueblos de Indochina, del sureste asiático y del mundo. 

Por su lucha, rica en victorias, contra las dos fuerzas de agresión más feroces del siglo XX -el imperialismo y el colonialismo-, Vietnam se ha convertido en el símbolo del espíritu de rebeldía indomable, en símbolo de inteligencia creadora, de talento militar en la lucha por la salvación nacional, del poder invencible de la guerra popular. La guerra del pueblo vietnamita es una gran hazaña, un acontecimiento legendario del siglo XX, y ha puesto de manifiesto una verdad irrefutable: en la época actual, por muy pequeño que sea un pueblo, por muy reducido que sea su territorio, por poco numeroso que sea su población y poco desarrollada su economía, si se mantiene unido y decidido, si sigue una línea revolucionaria justa, si sabe aplicar en forma creadora los principios marxistas - leninistas sobre la insurrección popular y la guerra de todo el pueblo a sus condiciones propias, y si goza, además, de la ayuda del campo socialista y de la humanidad progresista, entonces es perfectamente capaz de vencer agresores varias veces más poderosos que él, incluyendo al cabecilla de los imperialismos, el imperialismo norteamericano. 

Para trazar el camino justo y creador de la revolución y de la guerra revolucionaria en Vietnam, nuestro partido ha estudiado y conoce a fondo las leyes del desarrollo de nuestra sociedad, las leyes de la guerra revolucionaria y de la violencia revolucionaria en nuestro país. El contenido esencial de la ley de la violencia revolucionaria es la combinación de las fuerzas políticas con las fuerzas armadas, la combinación de la lucha política con la lucha armada, de la insurrección con la guerra revolucionaria. En el proceso de la dirección de la insurrección popular y de la guerra de todo el pueblo, nuestro partido ha edificado el bloque popular unitario sobre la base de la alianza obrero - campesina y bajo la dirección de la clase obrera; ha organizado las amplias fuerzas políticas de las masas y creado unas poderosas fuerzas armadas populares que engloban a las masas armadas y al ejército revolucionario. Nuestro pueblo ha aplicado con espíritu creador, diferentes formas de lucha, combinando la ofensiva con la sublevación; ha adoptado una estrategia ofensiva en las tres zonas estratégicas -el llano, la región montañosa, las ciudades-, con el fin de aniquilar al enemigo, conquistar y mantener el control, sacudir el yugo del colonialismo y sus lacayos y hacer fracasar la guerra de agresión del imperialismo. 

En la presente obra examinaremos el problema de la edificación de las fuerzas armadas populares en la insurrección y la guerra revolucionaria en nuestro país, uno de los aspectos fundamentales de la línea militar de nuestro partido. 

Nuestras fuerzas armadas populares han surgido durante la insurrección de todo el pueblo, la guerra de todo el pueblo y la organización de la defensa nacional por parte de todo el pueblo bajo la dirección de nuestro partido; han crecido con rapidez y han derrotado gloriosamente a nuestros adversarios. Todos los vietnamitas patriotas se han puesto en pie para combatir al enemigo y salvar al país; han elevado hasta su más alto grado el lema nacional tradicional: "cada ciudadano, un soldado", organizando a la vez el ejército regular y las numerosas fuerzas armadas de las masas, que hostigan al enemigo donde quiera que se encuentre. Contamos ahora con millones de combatientes en las amplias organizaciones militares de las masas con cientos de miles de combatientes en las unidades del ejército popular, dotadas de diferentes tipos de armas -armas rudimentarias y armas modernas y menos modernas-, combatientes que se enfrentan al enemigo con valor e ingeniosidad, que combaten sin dar cuartel y con abnegación, por la independencia, la libertad y la reunificación de la patria, por el socialismo, contra el principal representante del imperialismo en nuestra época: el imperialismo yanqui agresor. 

Si lanzamos una mirada retrospectiva al rápido proceso de maduración y a las etapas llenas de brillantes hazañas de nuestro pueblo en general y de las fuerzas armadas populares en particular, en la lucha contra el fascismo japonés, el colonialismo francés y el imperialismo norteamericano, podemos decir que las fuerzas insurrecciónales populares y las de la guerra del pueblo, que abarcan las fuerzas políticas y las armadas, constituyen un modelo típico, logrado por nuestro partido en la organización y edificación del poder total de las masas revolucionarias, de la violencia revolucionaria. Dicho de otro modo: las fuerzas armadas de nuestro pueblo, que engloban las fuerzas armadas de las masas y el ejército revolucionario, organizados y dirigidos por el partido, constituyen un modelo acabado de organización de las fuerzas militares de nuestro pueblo, un pueblo pequeño que ha vencido sucesivamente a tres grandes imperialismos de la época actual. 

Este modelo se ha podido lograr porque nuestro partido conocía a fondo y dominaba firmemente los principios del marxismo leninismo sobre la organización militar en la insurrección armada y en la guerra revolucionaria; porque ha continuado y desarrollado la tradición de combatir al enemigo con todo el país; porque ha sabido utilizar las experiencias en la organización de las fuerzas armadas acumuladas durante las insurrecciones nacionales y las guerras nacionales del pasado, y aprovechar con espíritu crítico las experiencias de los demás pueblos. Con espíritu creador, nuestro partido ha llevado a la práctica de la insurrección y de la guerra de nuestro país estos principios y experiencias; es decir, los ha aplicado a las condiciones de un pequeño país que se ve obligado a afrontar las poderosas fuerzas de agresión del imperialismo y de colonialismo, para poder alcanzar los objetivos de la revolución fijados por nuestro partido. 

Su correcto enfoque de la violencia revolucionaria y de la guerra del pueblo llevó a nuestro partido a armar a las amplias masas, y a edificar a la vez un ejército popular poderoso; a considerar las fuerzas armadas de masas como la base del ejército popular, y a este como la armazón de aquellas, tanto en la insurrección armada y en la guerra revolucionaria como en la defensa nacional por todo el pueblo; tanto en la guerra de liberación nacional como en la guerra por la defensa de la patria. 

De acuerdo con su criterio histórico concreto, nuestro partido ha logrado resolver con éxito, en los diferentes períodos de lucha revolucionaria, el armamento de las masas la edificación del ejército popular, adecuando su acción a las exigencias de las tareas revolucionarias, al adversario por vencer, a las formas de lucha revolucionaria en cada momento, y basándose siempre en las condiciones históricas concretas en materia política, social y económica. 

En la actualidad, y a pesar de sus graves fracasos, la administración Nixón se obstina en proseguir la "vietnamización de la guerra" y en intensificar y extender el conflicto a toda Indochina. Conocedora de las leyes de la guerra revolucionaria en el período nuevo, la población subvietnamita intensifica la lucha armada y la lucha política y combina la ofensiva con las sublevaciones en las tres zonas estratégicas, determinando su acción en concierto con los pueblos hermanos de Cambodia y Laos, y está echando por tierra la estrategia de "vietnamización", así como la doctrina Nixon en todo el teatro de operaciones indochino. 

Ahora más que nunca, paralelamente al desarrollo de las fuerzas políticas y a la lucha política, tenemos que intensificar la edificación de las fuerzas armadas y la lucha armada, combinándolas estrechamente con los demás aspectos de la lucha, como tarea principal para vencer totalmente a los agresores norteamericanos y sus lacayos, para liberar el sur, defender el norte, lograr la reunificación del país y cumplir con nuestras obligaciones internacionales. Sin escatimar esfuerzos en llevar a cabo esta tarea primordial de nuestra revolución, debemos preparar, además, las condiciones y la orientación para organizar las fuerzas armadas populares y la defensa nacional por todo el pueblo de una forma permanente, para poder defender con firmeza nuestra patria y dar al traste con cualquier eventual agresión, cualquiera que sea el enemigo que la fomente, cualesquiera que sean la importancia de sus tropas y la calidad de sus equipos. 

Debemos llevar a cabo el armamento de las masas revolucionarias y la edificación del ejército popular para poder realizar cabalmente las tareas inmediatas y futuras de nuestro pueblo. 

Para ello es preciso que profundicemos aún más en los principios del marxismo leninismo sobre la organización militar del proletariado, que analicemos nuestras experiencias y tradiciones nacionales en la organización de las fuerzas armadas, y, sobre todo, que sinteticemos paso a paso las experiencias acumuladas por nuestro partido en el transcurso de más de 40 años dedicados a la edificación del ejército y al armamento de las masas. 


La teoría y la práctica del armamento de las masas y la edificación del ejército constituyen uno de los problemas candentes para muchos pueblos en el momento actual, en su lucha por la independencia nacional, la democracia, y el socialismo, frente a la política de violencia y a la política de guerra feroz del imperialismo -cuyo representante principal es el imperialismo yanqui-, y frente al rápido desarrollo mundial de las armas y los medios de guerra, cada día más modernos.

Fuente: http://www.puntodevistaypropuesta.com/2013/10/libro-armar-las-masas-revolucionarias.html

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